Sin embargo cada noche es la misma historia: cumplimos a rajatabla la rutina: cena, lavamos dientes, manos, cara, hacen pipi, contamos el cuento y a dormir. Pero ellos, como buenos animales de costumbres, siguen también su rutina: fiesta, risas, gritos, risas convertidas en llanto, etc. A partir de ahí, tenemos que subir varias veces a mandar silencio, a intentar poner orden. Al principio con mensajes positivos: venga, que hoy ha sido un gran día pero hay que descansar porque seguro que mañana es mejor.
La siguiente vez ya no somos tan políticamente correctos: OYE! Por favor! Es la hora de dormir, se acabaron los juegos.
Las siguientes veces os las imagináis: Silencioooooo! Cómo suba es para llevar a uno de los dos a la habitación de las dos camas (habitación contigua a la suya). ¡Ya valeeeeeeeeeeeeeeee!
Generalmente ni eso es suficiente y tenemos que materializar la amenaza: al final hemos hecho que sea lo único que funciona, imagino.
Total, que con esta situación diaria hace que la idea de separarles definitivamente invada mi cabeza una y otra vez. ¡Pero me da mucha pena! Me encanta la complicidad que se crea compartiendo habitación, que se acostumbren también el uno al otro incluso durmiendo (roncando, soñando en voz alta, toses nocturnas....) Ahora mismo tanto uno como otro son auténticos troncos, y pase lo que pase, no se despiertan.
Por otro lado también me gusta la idea de que cada uno tenga su espacio, con su propio estilo, su rinconcito propio donde poder pasar ratos cuando le apetezca, pero esa opción siempre va a estar ahí y desde luego será así cuando pasen unos años, eso seguro, entonces ¿Por qué no dejar que aprovechen ahora para compartir habitación?
Luego está lo de cómo ponerles la habitación... Mi pequeña jirafa, que es un poco escaladora, duerme en cama desde más o menos los 20 meses porque con ese tiempo ya se escapó un par de veces de la cuna y me daba pánico que en una de sus huidas se cayera al suelo. Así que enseguida decidí pasarle a cama. Cuando tuve que montar la habitación, como siempre, me fui a lo que en ese momento me pareció la opción más práctica. Para no comerme el espacio de la habitación con dos camas pusimos una cama nido, pero de esas que la de abajo no está a ras del suelo con patas plegables sino que de por sí tiene ya cierta altura.
Y como aquí puedo imaginar e idear cosas monísimas sin las limitaciones propias del mundo real, voy a poneros algunas de las habitaciones que he fichado por internet, con las tres opciones para habitaciones compartidas: literas, cama nido y dos camas.
Literas
Me encanta cómo quedan, pero no me resultan muy prácticas a la hora de hacerlas por la mañana o incluso para que el propio niño empiece a hacérsela, tampoco si hay que ir a verle en mitad de la noche, etc. Ahora, monas son:
Si tienes metros suficientes me parece la mejor opción:
Cama nido
Esta fue nuestra opción. Como decía, para mi lo importante era que la cama de debajo fuese lo suficientemente alta y no de las que van a ras de suelo y que necestas plegar y desplegar las patas para sacarla o para guardarla. Y por otro lado, también buscábamos una que se pudiera guardar con el nórdico puesto e incluso con la almohada, eso sí, para que pueda ser así, el colchón es un poquito más bajo que los estándar.
Aprovecho para recomendaros una web genial de decoración infantil, expertas en habitaciones para niños y bebés low cost, donde te asesoran y ayudan de manera extraordinaria y super profesional con la decoración de tus niños: Kidsmopolitan. No dejéis de visitar su web y los proyectos que han hecho, ¡Os gustarán!
¿A favor o en contra de que los hermanos compartan habitación? ¡Contadnos vuestra experiencia, por fa!
Imágenes: todas están sacadas de Google imágenes. Estos son algunos los enlaces:
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