jueves, 6 de noviembre de 2014

Todo es bueno o todo es malo.... Como quieras


Hay que ver el lado bueno de las cosas, es obvio que esa es la mejor postura que podemos tener en la vida... Otra cosa es poder hacerlo en todas las situaciones, pero esa es otra historia. 


Mi marido y yo nos conocimos en terreno neutral, él a 700km de su casa y familia y yo a 400 de los míos. Bueno, al principio es algo meramente anecdótico, ambos pensábamos que estábamos aquí de forma temporal... Pero los años pasan y lo que era algo pasajero empieza a convertirse en algo más definitivo... Ambos vinimos aquí a estudiar, primeras prácticas aquí para coger experiencia, vas completando la formación, eso te abre nuevas puertas, cada vez puertas más robustas... Total, que asumes que vives aquí, que vas a seguir viviendo aquí y que tus hijos nacerán, crecerán y se criarán aquí.



¿La frase más repetida? ¿Y como lo haces sin familia cerca? Pues apañándote como puedes, como todo el mundo, contando mucho con amigos, implicación máxima de los dos y, sobretodo, teniendo ganas de que las cosas salgan. 

¿Y los niños?...

Pobres... Lejos de sus primos... Lejos sí, pero inseparables cuando están juntos porque es una ilusión tremenda tenerles cerca aunque sea por un fin de semana... Míra!!! Mis primoooos!!! La cara de ilusión es de las que se quedan marcadas.

Pobres... Lejos de sus abuelos... Lejos de unos abuelos que ves a diario sí, que van siempre a recogerte al cole sí, pero no de unos abuelos que vienen a Madrid de sorpresa y se presentan a la salida del cole y entonces se convierte en un momento único, insuperable y del que los niños no pueden parar de hablar y contar a todas las personas con las que se encuentran los siguientes días: ¡Vinieron mis abuelos a recogerme al cole! 

Pobres... Lejos de tu ciudad... De la mía sí, pero no de la suya. De esa donde viven sus amigos, donde está su cole, sus columpios, sus padres y hermanos...

Todo es lo bueno o lo malo que quieras verlo, yo me quedo con lo bueno: la ilusión máxima los días previos a una visita de los abuelos o yayos, fines de semana que vivimos en exclusiva en casa sin decidir si comemos "con tus padres o con los míos", abuso indiscriminado de la figJirafasura de los abuelos cuando tenemos oportunidad "porque luego nos vamos y ya no vamos a poder dejárlslos", veranos intensos de inseparables primísimos que generan lazos para el resto del año...


Y todo esto... ¿Por qué?... ¡Porque este finde tenemos reencuentro familiar y amiguil en mi querida Pamplona!



¡Encima iremos a Bilbao a dar la bienvenida a un nuevo pequeñajo!

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