Desconexión en Cabo de Gata

Imagino que a estas alturas ya tendréis planes para las vacaciones de verano, pero por si hay algún despistadillo por ahí que no termina de decidirse o si resulta que alguien va a ir a Almería pero no sabe muy bien qué va a encontrarse, os cuento cómo fueron nuestras vacaciones en Cabo de gata.

Hace unos días pudimos escaparnos una semanita a la playa con las 3 jirafas. Como no conocíamos cabo de gata decidimos ir allí y probar las playas tan maravillosas que varios amigos nos habían recomendado. El ir fuera de temporada es, además, un plus, la verdad. Encuentras precios mucho más atractivos, hay menos gente, todavía no hace un calor horroroso... 

Como se trataba de que fuesen vacaciones para todos (sí!!! Para mí también!! VIVA!!!) decidimos buscar un hotel y no un apartamento, que suele ser lo que nos gusta alquilar porque es cierto que te da más libertad que un hotel, más espacio y te permite "ir a tu ritmo". Pero esta vez primaba el descanso a la libertad de horarios. Y ya puestos, que fuese un hotel que tuviese animación para los niños, piscinas de las que les gustan a ellos y que estuviese bien situado para poder descubrir playas y pueblos del parque natural de Cabo de gata. No nos resultó muy sencillo encontrar un hotel así, y es que dentro del parque natural, obviamente, no hay hoteles de estas caracterísiticas. Son más hostales u hoteles más pequeñitos. Al final decidimos ir al hotel Barceló Cabo de Gata. No está dentro del parque natural, pero está justo a la entrada y entonces llegar a las distintas calas y playas desde ahí no tiene ninguna complicación.

El hotel nos gustó mucho. Los niños se lo pasaban pipa en el mini-club que tenía 2 monitoras entregadísimas a la causa y no paraban de hacer planes y más planes con ellos. La habitación era muy amplia, estuvimos los 5 en la misma habitación, y la variedad de comida en los desayunos y en la cena estaba muy bien. Fuimos con media pensión y lo que hacíamos era comer por ahí aprovechando que pasábamos la mañana fuera en alguna de las playas, volver al hotel para echar una buena siesta y luego ya pasábamos la tarde y la noche sin salir del hotel, que por otro lado era la mejor opción puesto que alrededor del hotel no había muchas cosas que hacer...

El plan inicial era ir a la playa que hay justo donde el hotel y a la que se accede directamente desde el mismo, pero es una playa bastante mala para ir con niños: es de piedras y las olas rompen muy fuerte en la orilla. Así que no nos quedaba otra que coger el coche cada día y descubrir nuevas playas.

Me vino muy bien esta web donde viene una descripción detallada de cada playa y cada cala y podíamos ver si la playa a la que queríamos ir era accesible con niños, si se podía llegar en coche hasta la propia playa,si tenía algún servicio, etc.

Playas y calas hay miles, pero cómodas para ir con los 3 niños y, sobre todo, con el carrito del pequeño no había tantas.

Yo, para ir con niños, os recomiendo:

- Los Genoveses (por lo visto en temporada alta cierran el acceso en coche cuando se cubre el cupo de coches en el parking).

- El playazo de Rodalquilar: genial! Se llega hasta la misma playa con coche, hay un parking (un descampado, más concretamente) donde poder dejar el coche, la playa es de arena fina muy agradable. La entrada al agua es progresiva por lo que no tiene mucho peligro para los niños, en el lado izquierdo hay unas rocas donde es fácil ver cangrejos, gambitas, ermitaños...

- Playa de La Isleta o playa del Peñón Blanco: la paya está francamente bien y además pegadita al pueblo La Isleta del Moro, cuya visita es obligada si vas a Cabo de Gata.... ¡Qué pueblecito más bonito! Y si buscas un sitio para comer, sin duda pide mesa en la terraza del restaurante de la pensión "La isleta del moro"....¡IMPRESIONANTE! Nosotros pedimos un arroz y estaba de escándalo... Pero lo impresionante son las vistas....¡Tenéis que ir!

Los niños volvieron encantados tanto de las playas tan bonitas que habíamos conocido como de lo bien que se lo pasaron en el hotel. Pasaban la tarde en el miniclub y por la noche después de cenar siempre había algo... o música, o bingo, o concursos... Ellos felices y nosotros, claro, ¡También!