Con la vuelta del frío, la lluvia e incluso nieve, nos han entrado más ganas todavía de que llegue el veranito, no tanto por el calor sofocante como por las vacaciones, los viajes, la desconexión... Y tirando de recuerdos de viajes bonitos, me he acordado de nuestro viaje a Las Landas...
Fue un viaje que surgió de manera improvisada. Bueno, improvisada para nosotros que nos apuntamos a última hora al plan de unos amigos, que era pasar Semana Santa en Las Landas.
Tengo que reconocer que no conocía la zona, y que según hablaba por teléfono con mi amiga María me metí en google a ver imágenes de Las Landas. Tras eso, llamé y reservé alojamiento...¡Qué fotos!
Algo así fue lo que vi y lo que nos hizo confirmarles que nos "acoplábamos" a su plan:
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| Fotos de www.france-voyage.com |
Las Landas está al sudoeste de Francia, al norte de San Juan de Luz, Biarriz y Hendaya. En esa zona se funden montañas verdes con playas prácticamente vírgenes, bosques infinitos por los que pasear en bici, caseríos preciosos y bonitos pueblos que merece la pena descubrir.
El plan sonaba además doblemente interesante porque íbamos a alojarnos en una mobile-home de un camping enorme (Le vieuux Port) con acceso directo a una de esas playas semi salvajes que os comentaba, con varios tipos de piscina con toboganes gigantes que hacían que mi jirafa mayor suspirase por bañarse pese a que era principios de abril y que las temperaturas no eran muy altas.
¡¡Me encantó el alojamiento!! Era un mini apartamento con todas las comodidades: baño, cocina completa, mesa de comedor, 2 dormitorios y todo en menos de 30 m2. Teníamos una pequeña terracita para nosotros incluso!
Pero mirad qué otros tipos de cabañas había:
La que es como un carromato del oeste es genial, no nos decidimos por ella porque no tenía baño dentro, ¡Pero creo que la próxima vez la probaremos!
Dentro del camping había hasta una pequeña hípica con ponys en los que los niños podían dar un paseo por el bosque de la zona. También había columpios y actividades organizadas para ellos.
El camping estaba muy preparado: supermercado, 2 o 3 tipos diferentes de restaurantes, las piscinas, lavandería, zona de actividades organizadas, etc.
Nosotros fuimos con nuestras bicis y nos vinieron genial para movernos por dentro del camping, ir a la playa y además para hacer alguna rutilla por la zona que está preparadísima con carriles bici estupendos.
Es un viaje que recomiendo hacer porque la zona merece la pena descubrirla y me pareció un viaje muy cómodo para hacerlo con niños.
Si vais, ¡¡CONTADNOS!!
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